QUEEN (INVITADO STEVE HOWE) – INNUENDO (INNUENDO – 1991)

Muy a pesar de lo que se supone Queen venía de una década de altibajos, como lo fueron sus 80s. Pero seamos justos, salvo por algunos honrosos nombres, pocas bandas o solistas fueron los que salieron airosos de esos 10 años. Aun no se terminó por desentrañar que sucedió durante esa década que hizo trastabillar a tantas bandas. Pero la cuestión es que Queen en los 70 venían en declive. Marcado prácticamente desde su tercer disco “Sheer heart attack”. “Queen I" y “Queen II" tenían en sus espaldas intensidad, magia, destreza y composiciones que sus discos posteriores fueron perdiendo gradualmente. Quizá en pos de una ópera u opereta hecha canción o tal vez por el bendito y simplista mercado norteamericano. O quizá una mezcla de ambos…

Así que la banda ingresa a los 80 con “The Game", un disco que les dio hits como Crazy little thing called love, y Draggon attack, entre otros. Pero más allá de la trascendencia no consiguieron mostrar una evolución musical certera más que un deseo por amoldarse a los rankings. Perdieron con la banda de sonido de “Flashgordon" y continuaron perdiendo con “Hot space". Pero para ese entonces la banda contaba con una fuerte cantidad de fans en el mundo. De todas formas se encarrilaron, hasta cierto punto, con “The works" y luego con lo que los críticos dijeron como el regreso “A Kind of magic" de 1986.

Cuestión que hasta el 89 no se vio nueva actividad de la banda alimentada por los rumores acerca del estilo de vida de Freddie Mercury y su enfermedad. “The miracle" ve la luz sin gira ni presentación con apenas unos vídeos que no daban tregua a los rumores. Y llegamos a “Innuendo", el disco que en pleno 1991 nos muestra a una banda completamente distinta a la que conocimos. Claro, los años no vienen solos. Pero más allá de eso, notoriamente, es un disco con distintos climas y una ambientación más amena y pop. Pero a pesar de todo Innuendo, la canción, es uno de esos distintivos oasis que la banda nos supo obsequiar. Distinta al resto, incomparable, bella, generosa y repleta de matices. Claro que en el medio de la canción aparece Steve Howe con sus españolísimas guitarras. Y hace lo que un maestro de incontables guitarras puede hacer, con su prodigioso arte y en poco más de un minuto…