PINK FLOYD – ON THE TURNING AWAY



Tras la edición de “The final cut” de 1983 y el portazo de Roger Waters la banda entró en una suerte de letargo de la que le costó años salir. David Gilmour de a poco fue armando una maquinaria con la que pudiera sentirse completo y a salvo de la munición gruesa que Waters pudiera desplegar sobre él, y sobre lo que él mismo se sintiera capaz de hacer para con la banda. Claro que, entre paréntesis, el proyecto estaba a punto de llamarse Pink Floyd. También se hizo inevitable que como una de las consecuencias de la guerra de egos mediaran abogados por el uso del nombre. En medio de todas las disputas legales David Gilmour se encontró con un puñado de canciones que no lo satisfacían. Pidió ayuda a algunos amigos compositores que no son ni eran del entorno de la banda. Pero había otros con los que si trabajó, como el caso del productor Bob Ezrin. Y comenzó a darle cuerda a una maquinaria, como la de Pink Floyd, de la que no se definía cuál de ellos era Pink¹. Learning to fly, The dogs of war, On the turning away, son las más conocidas. Pero a excepción de esta última las canciones no suenan cercanas a lo que representó hasta ese momento la banda. Por ajenas, y no por malas elecciones, las notas y la secuencia de acordes no se aproximan, ni pretendieron hacerlo, a lo que fue o quiso ser la banda en algún momento del pasado.
¹: Cita (casi) textual.

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