JOY DIVISION – A MEANS TO AN END
Desde sus orígenes cuasi-punk con Warsaw
y Bowie mediante hasta la edición de “Unknown pleasures” lograron
atravesar de forma catártica diferentes espectros dentro de su evolución
musical. Una banda que descubrió un sonido y que consiguió cierto éxito aun
considerando que sus letras eran oscuras. Eran tiempos nuevos, el rock, ya en
esa época (¿Que nos quedara para hoy?), no era lo que había sido. Pero resulta
que un día Ian Curtis decidió suicidarse, como epígrafe para su banda. Y esto
corrió el eje de un estilo que mantuvo una escala de valores distinta a nivel
popular. Un mes después salió “Closer” ya como disco póstumo y hasta
inconcluso, si se quiere. Con algunos experimentos con los teclados que ablandaban
notoriamente la intensidad de las canciones, pero también le daban otro matiz. Con
el segundo disco de la banda nada volvería a ser igual. Al poco tiempo nació
New Order, con un sonido cercano respecto a su banda de origen. Está claro, que,
en este lapso, ninguno quería estar ahí con esa nueva banda, ni exorcizando
esos demonios. Todavía les era muy cercano Joy Division…
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