SERGIO COSCIA - UNA ENTREVISTA
U N A E N T R E V I S T A
Se
predispuso como nadie a responder esta clase de preguntas que otro hubiera
ninguneado. Pero como buen melómano se dispuso a taparme la boca con su aguda
visión de la música y alguna cositas más… Ah sí, casi me olvido, es escritor acaba
de salir publicado su libro “Los 138 discos que nadie te recomendó”, está a
diario con su disquería “Mondo Rabioso” en la galería Corrientes angosta y además
“Lalala Radio” en línea las 24 hs con música de Spinetta…
Sergio
Coscia con uds…
Acaba de salir editado tu libro
“Los 138 discos que nadie te recomendó”, escrito en coautoría con Ernesto Gontrán
Castrillon. Y teniendo en cuenta el resultado final quería que me cuentes con
que metas arrancaron este proyecto y si hubo algo que les haya quedado
atragantado?
Siempre
dije que sólo hay una cosa tan buena como escuchar música: ¡hablar de música! Y
me parece que es una necesidad que con el tiempo se intensifica. Ese disfrute
que en los años formativos era más individual y solitario, se convierte en un
territorio compartido, en algo que nos comunica, aún entre extraños, de una
manera inmediata. ¡Si hasta he podido comprobar que los músicos, instrumento en
mano, hacen lo mismo: hablar de lo que están tocando, de la música de sus
colegas o sus maestros!
En
el caso específico del libro, ese disfrute tuvo el objetivo de desafiar las
encuestas, el canon, esa cosa instituida y aburrida de los 1000 mejores y todo
eso. Precisamente porque habiendo tanta música de la que hablar, se acaba
hablando siempre de los mismos artistas y obras, y eso tiene encima el daño
colateral de provocar que repitamos de manera acrítica ciertos juicios que se
establecen como inamovibles. El libro es apenas rasgar la superficie: bien
podríamos, de habernos dejado, ¡escribir los 1138 discos! Y proponiéndonos
eludir el canon, evitamos discos sobre los que siempre es grato escribir,
aunque obviamente, lo hubiéramos hecho desde otra mirada, o incluso en algunos
casos, poniendo en duda que tal o cual obra maestra lo sea en verdad. Pero
bueno, ¡hubiera sido el Señor de Los Anillos, o de Los Discos!
Pero entonces un libro que
habla sobre música, aparte de la infinita curiosidad que representa para una
especie en vías de extinción como el melómano : ¿Tiene que contar una historia?
¿O hablar de música, por momentos, puede parecer más interesante que la música
en sí? ¿O, en todo caso, que buscas transmitir cuando hablas de música?
En
nuestro caso, tratamos de evitar, o reducir al mínimo, las referencias
autobiográficas. Aunque un recorrido por gustos y pasiones siempre está
contando inevitablemente algo. De contar una historia, como disquero que soy,
la tentación es grande e iría por ese lado: tantos personajes, tantos gestos en
común, tantas maneras compartidas o distintas de relacionarnos con los discos,
que la experiencia de disquero me permite atestiguar de una manera privilegiada.
Y sí, como dije antes, creo que a veces uno termina de escuchar un nuevo disco
o uno viejo al que volvió después de mucho tiempo, e inmediatamente surge la
necesidad de compartirlo con alguien: en ese punto, la música puede parecer una
mera excusa para la amistad.
En
mi caso particular, me atrae interrogar la música, descifrar su misterio, que a
veces no resulta en otra cosa que traducir a palabras lo que ella dice con
notas y silencios. Describir lo que sentimos, preguntarnos qué sucede con
ciertas melodías que nos emocionan, y por qué sucede. El texto, como la música
misma, acaba ocupando un espacio entre un misterio absoluto y nosotros. Una de
las citas más maravillosas que leí sobre la música es de Oscar Wilde, que decía
que “la música es el tipo perfecto de arte: no puede decir nunca su último
secreto”. Quizás por eso escuchamos tanta música, y no paramos de hablar y
escribir sobre ella.
Tuve la suerte de ir al festejo
del primer año de “LALALA RADIO” en el “Caras y Caretas” y, además de
sorprenderme por el anfiteatro, me pareció grandioso el festejo en general. Pero
quede sorprendido por dos cosas principalmente Javier Malosetti (No ya como
bajista sino como presentador) y Lito Epumer que no soy quien para descubrirlo
pero toca como si fuera un pendejo y lo hace del carajo. Y quería que me
cuentes ¿Cómo sigue LALALA radio y cuales son los proyectos a futuro?.
Lalala
Radio sigue siendo un proyecto quijotesco nacido de la pasión y el amor por la
obra de un artista irrepetible, y que logró establecerse como una idea
necesaria para mucha gente y para muchos músicos relacionados a ese universo.
En tal sentido es un éxito, y fue lo que se vió esa noche del Caras, que
resultó mágica, conmovedora, inolvidable.
El
desafío es enorme. Son 24 horas de programación. Hay que generar contenidos
continuamente, y el trabajo es mucho. Lo vamos sorteando, creo, con acierto: no
sólo hacemos de la obra de Luis algo vivo, continuamente puesto en nuevos
contextos, sino que tratamos que se convierta en disparador hacia otras cosas:
pasar la música de quienes lo marcaron a él, de los músicos que trabajaron con
él (cosa que no hace nadie) y otras cosas que durante este segundo año se irán
incorporando. Hasta dónde llevaremos el proyecto es imposible de saber.
Mientras siga siendo un proyecto romántico, sin ningún viso comercial ni
financiación ni apoyo de producción alguna, todo depende de nosotros y la
gente, y ciertos límites que de todas maneras sorteamos, creo, con el trabajo y
la pasión. Lo bueno es que no nos cansamos, más bien al contrario, es un
proyecto que nos moviliza a diario, nos da alegría hacer, y es un continuo
motor, sobre todo en un momento tan oscuro como el actual.
Desde el 2011 estas con la
disquería Mondo Rabioso (En la galería Corrientes angosta) y parece un buen
sitio para gente que no tiene otro lugar (Unos desclasados, digamos). De hecho
siempre que uno se acerca están en el medio de discusiones acerca de música y
tal vez escuchando y/o mirando videos de Miles Davis o Frank Zappa o lo que
fuera. ¿Están intentando salvar al mundo? ¿O es uno de los pocos lugares en los
que no es necesario hablar de El Chano de Tan Biónica?
La
disquería es como la Radio: un lugar del que me enorgullezco, un humilde rincón
vivo que mucha gente siente como propio, y al que es una felicidad ir todos los
días, sabiendo que no van a faltar amigos con los que encontrarse. Y encima,
como modo de vida, en mi caso, ¡el ideal! Todos los musiqueros hemos leído
quizás Alta Fidelidad, la novela de Nick Hornby. Y todos los que formamos parte
de Mondo sabemos y sentimos que si Nick Hornby conociera Mondo, haría una
novela mucho mejor, y con montones de personajes e historias increíbles. En más
de un sentido, el proyecto de la radio tanto como del libro, han sido hijos
directos de la disquería, y han nacido allí. Creo que eso lo explica todo ¿no?
Eso, los proyectos, pero también, y más importante aún, las amistades formadas
en ese pequeño lugar, que son las que luego llevan a cabo esos proyectos. No podemos a esta altura salvar el mundo,
pero sí a nosotros. Y quizás contribuir a que nuestros pequeños mundo sean,
aunque sea por un rato, un poco mejor.
Conociste desde que eras un pibe
a Spinetta y más allá de los gustos y la admiración que cada uno pueda llegar a
tener todos tenemos nuestros discos favoritos y nuestros no favoritos, digamos.
Te imagino bastante crítico con lo que escuchas pero me gustaría saber si tenes
de Spinetta algún tema o disco que lo saltees, que lo pases de largo y de
existir esa canción o disco me gustaría saber el motivo.
De
la obra de Luis se puede hablar días enteros. Todo lo que hizo, y lo que hizo y
no registró, es tan pero tan vasto e inimitable, que su análisis resulta
inagotable. Su obra nos ha marcado a muchos de una manera única. En ese
aspecto, uno puede discutirle, obviamente, ciertas decisiones: porqué eligió
poner en tal disco tal tema, y no tal otro que tocó en vivo por la misma época
y nunca grabó, por ejemplo. O ciertos criterios de producción, o lo que fuera.
O sentir que en algunos casos, la versión definitiva registrada en disco no
logró transmitir lo que ese tema fue en vivo cuando lo escuchamos la primera
vez, o podría haber requerido una toma mejor. En fin, múltiples detalles, pero
nada que uno llegue a odiar o a decidir ignorar, porque todo forma parte de un
recorrido riquísimo, con sus altos y bajos como toda gran obra, pero
decididamente colosal.
Respecto al rock internacional
que fue lo último que te voló la peluca. Te pregunto porque estos últimos años
podemos escuchar canciones sin prácticamente distinguir quien es el intérprete.
Y teniendo en cuenta el advenimiento de plataformas virtuales de discos como
puede ser Spotify. Entonces ¿Después de Nirvana paso algo que valiera la pena?
¿O el último gran disco de la historia es “Physical Graffiti”?
Del
último par de décadas, siempre vuelvo a Radiohead y me interesa conocer cada
cosa que Haga Damon Albarn. Por otro lado, la producción de Mark Kozelek,
profusa y diversa, siempre me atrae y me depara sorpresas. No deja de haber
gratos descubrimientos, discos o bandas desconocidas o conocidas pero no
masivas, que uno se va topando entre búsquedas conscientes o encuentros
casuales. Pero también eso se va dando hacia atrás: descubrir cosas viejas que
uno dejó pasar de largo en su momento, o directamente desconocíamos. Nunca es
algo lineal, pero por otro lado, para los que tenemos cierta edad (y es algo
que he comprobado también con los más jóvenes) queda claro que en lo que se
refiere a nuestra cultura, los sesenta y los setenta son la época de oro. Como
se ha dado en toda la historia de la humanidad y el arte, no se puede pretender
que en cada generación, o en todo lugar o época, haya un continuo y renovado
estallido de creatividad. O algo nuevo que sacuda todo y logre modificar el
parámetro o influír de manera directa a millones al mismo tiempo. Eso se da
cada tanto.
¿Qué banda pensas está llevando
o llevo el legado de Spinetta, si es que esto puede ser remotamente posible. “Divididos”,
tal vez, “Pez”, “Los Visitantes” en algún momento o los “Illia Kuryaki and the
Valderramas”? ¿Un poco todas estas bandas y a su manera?
Ninguno
de los nombrados puede arrogarse el llevar ese legado adelante. Es más, si me
apurás, en algunos casos diría como el Flaco: soy el más influyente, pero no se
nota demasiado”. Pero no quiero ser crítico. El Flaco es una presencia
gigantesca, dominante y determinante, pero un poco como la de Borges o
Piazzolla: todos los respetan, todos tienen o quisieran tener algo de ellos,
pero nadie escribe o hace música como ellos. Al mismo tiempo, lo contaminan
todo, porque como suele decirse, se escribe desde ellos o por ellos, o
directamente contra ellos, para diferenciarse y liberarse de esa sombra
mayúscula.
“La máquina de ser feliz”, recibió
buenas críticas por lo general, y García hace tiempo (Décadas tal vez) que parece
disfrutar de un nivel de popularidad que excede la música. Y sucede que más allá
de la música que haga, sea buena o mala, van a hablar de él y esto tal vez dice
un poco de la actualidad musical. Te consulto acerca de su música porque, por
ejemplo hace poco David Lebón editó “Encuentro supremo” y la inmensa mayoría de
los mortales ni se enteró. Así como en su mayoría apenas se enteraron de “El
tiempo es veloz” pero no sucedió así con “Yendo de la cama al living” del mismo
año o cerca. No comparo discos, pero si la situación y me resulta inevitable
pensar en el público. ¿Cómo ves al público de hoy en día?
Tema
complejísimo. Como sucede con la política, vivimos bombardeados por los medios
también en este sentido. Ciertos personajes exceden la importancia de su obra,
o son necesarios más como eso, personajes que venden y que pueden ser usados
para múltiples cosas, que como artistas. Por otro lado, la futbolización del
público es un mal endémico. Toda la historia del arte y el quehacer artístico,
es un continuo y enorme comentario y crítica sobre sí mismo. La mayoría del
público se ha encolumnado detrás de ciertos artistas como si fueran camisetas,
con una postura acrítica, fanática y escudada solamente en lo sentimental. Me
parece lamentable. Cuando te dicen “sobre gustos no hay nada escrito” es, como
decía Borges, el argumento mediocre que sirve para cerrar toda discusión, y no
para enriquecerla, como debiera ser. Más música escuchás, más libros lees, más
películas ves, más debieras aprender sobre todo, y eso te pone inevitablemente
en la posibilidad de empezar a distinguir lo genial de lo bueno de lo mediocre.
Pero pareciera que todo se reduce a “quién sos vos para criticar a tal o cual”
o “tal es un genio, callate la boca”, y entonces son todos genios, y todos los
discos son buenos (mal de la crítica especializada, frívola y amiguista) y
ciertos próceres son intocables o porque los van a ver trescientas mil
personas, o porque lo dicen ciertos medios. Y vuelvo a insistir: como sucede
con la política, frente a esa postura, toda posibilidad de diálogo enriquecedor
y profundo se cierra. Y eso que decíamos antes, lo hermoso y estimulante de
hablar de música, se torna imposible.
¿Hay una decadencia
irreversible en el rock? Los Brian Eno, Robert Fripp, o los Hammill o los
Gabriel o los Frank Zappa, no van a volver jamás? Es decir : ¿El rock cayó en una
trampa y se convirtió en lo que siempre criticó? ¿O simplemente cada cosa tiene
su momento y su lugar y lo que pasó, pasó? O hoy por hoy conviene que Coldplay
por ejemplo, en representación de esos inglesitos inescrupulosos que nunca
transpiran y siempre lucen planchaditos (Como diría Luca), llene estadios?
Creo
que más o menos está explicado antes. Hubo una explosión de creatividad en un
lugar y una época determinadas, y a través de un par de generaciones. Eso no
puede repetirse continuamente. En ese sentido puedo ver quizás una degradación,
o cierto vacío o confusión, y por otro lado, la clara puesta en perspectiva
hace que también se vea ya con claridad que esa época y ese cúmulo de obras son
definitivamente un canon histórico, establecido y fijo allí para el estudio y
la discusión de las generaciones venideras.
Sex Pistols, The Clash, The
Jam, The Damned… ¿Aporto algo el punk aparte de escandalizar a señoras bien y
no tan bien de la isla? ¿O se puede rescatar más del post punk como ser Joy
Division o Bauhaus o The Cure o hasta Siouxsie o del pre-punk como The Stooges
o New york dolls? ¿Qué tal Ramones?
Me
parece que el punk tuvo más importancia como gesto que como movimiento musical.
El sacudón que promovió tuvo un significado más necesario y trascendente que la
propia producción artística. Con el tiempo me di cuenta que lo que en el
momento me deslumbró de esa época, es lo que permaneció con el mismo brillo
tiempo después, y son todos artistas o discos que nunca fueron propiamente
Punk, o fueron por suerte mucho más que eso:
Television, The Clash, Talking Heads…
¿Qué disco o discos estas
podrido de escuchar? Nada de amiguismos por favor…
¿Me
la juego, o hacemos mejor una lista de imprescindibles, de esos artistas que
después de medio siglo de escuchar música, uno ya no puede vivir sin
escucharlos? Me la juego, a riesgo de que se ofendan muchos: a esta altura
puedo prescindir de muchos nombres “clásicos” que ya no escucho. Los Stones,
Pink Floyd mismo, Creedence, Queen, hasta los Doors, Beach Boys, o solistas
como Sting, Springsteen, el mismísimo Dylan… ¡quizás muchos lectores se
escandalicen! Pero espero que se entienda: toda esta gente sonó en mi vida en
algún momento, pero la felicidad verdadera y diaria, de un largo tiempo a estar
parte, me la dan muchísimos otros.
Por último : ¿Quiénes
inventaron el rock? ¿Unos negros esclavos del Mississipi o, si me voy al
carajo, lo podemos encontrar en el árbol genealógico de la música irlandesa
(Como ser “The Pogues” y sus antecesores directos “The Dubliners”)? Sting tenía
una teoría, medio infame por cierto, que hablaba de los orígenes del blues y
decía que era una forma musical indígena cuya base es del norte de Inglaterra
en las cuencas carboníferas...
Me
encanta la versión irlandesa de la historia, y puedo suscribirla. A esa le
sumaría, con la misma arbitrariedad quizás, la música africana. Y para
traducirlo a la cultura que más nos interesa, creo que los músicos británicos
al convertir el pop en rock lo llevaron a la escala de arte. Y que el rock
americano, que salvo honrosas excepciones, nunca me conmovió demasiado, pone en
evidencia que es la música de raíz negra, del jazz al funk pasando por el soul
y el rythm & blues, la que prevalece como verdaderamente determinante. En
ese amplio arco se inscriben todos mis gustos. ¡Que son mucho más que 138
discos que nadie te recomendó!
MUCHAS GRACIAS SERGIO!
Linda nota Sergio, coincido en la mirada y cada palabra ajustada de tus comentarios. Yo como un pendejo que ha vivido a pleno los últimos años de la década de los 60, 70 y 80. Hoy muchas cosas del pasado me vuelven a sorprender, pero también trato de estar al tanto de los jóvenes 30 añeros que hay muchos tipos muy bueno, músicos y bandas que están renaciendo a su estilo actual esa punta de lanza lumínica en formas nuevas, apoyados en los viejos jóvenes que aún todavía siguen dando algún indicio de búsqueda, y la búsqueda debe ser constante para no perder el sentido creativo. Gracias por una mañana con matee inspiración. Amán Urim
ResponderBorrar¡Enhorabuena por la publicación! La iniciativa es celebrable, aunque se sigue extrañando una lista global, hecha por profesionales (críticos, musicólogos, músicos et al) y melómanos de todos los rincones del mundo, sin la perspectiva reduccionista de los listados habituales, la irresuelta dicotomía comercio vs arte o el infinito prejuicio "gustativo". Con nuestro limitado conocimiento (e interés) por la música no-anglosajona en general (a excepción de la vertiente ¿rockera? "made in el Río de La Plata"), hay cosas que los argentinos nunca podremos recomendar. De todos modos, un "canon alternativo" nunca está de más. Saludos.
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